miércoles, 18 de agosto de 2010

EL TREN VOYEUR



PARA LUCRECIA… A GOTHIC GIRL
Cuando Lucrecia me dijo que me había escogido para su “First Time” me vi sorprendido por tal designación, entonces pensé: “Holly shit, ahora sí se viene el Armagedón”, a pesar de que ya había tenido tal experiencia hacía muchos años atrás, relacionándolo con mi debut amatorio.
Así que, haciéndole caso, me dejé  llevar por su iniciativa y tomé su delicada mano enfundada en un fino guante de seda negra, con encajes transparentes, que sólo dejaban ver las puntas de sus dedos.
“¡Dios mío, estás hirviendo!” pensé al tocarla cuando nos encontramos, entonces decidí soltar las dos estacas que llevaba en la otra mano; una era de madera y la otra de plata.
¿Por qué llevaba esas estacas conmigo? Por si acaso; entre dudas las había agarrado cuando escuché su invitación. No vaya a ser que Lucrecia, en sus escasos 20 años, aprovechando el anonimato virtual del contacto “Chat”, fuera uno de esos bichos, no tan raros, que siendo “hombre” chupan sangre y algo más, y se ponen nombre de mujer. Para eso eran las estacas, llegado el caso: la de madera para clavársela en el corazón de vampiro, y si no moría, la de plata, para atrás, en el centro de su identidad, para que el “Chupa Cabro” se vaya feliz al infierno después de todo.
“¡Es una dama!” me dije al ver su fino rostro, tratando de verla bien a través de los velos oscuros que cubrían su delicada figura, casi dejando caer las estacas, pero súbitamente cambié de parecer y las retuve conmigo.
Lucrecia me llevó de la mano entre penumbras, trenes y vagones abandonados en una lúgubre Estación. Iluminados únicamente por la inmensa y resplandeciente cara de la luna llena, salpicada de cráteres como sobreviviente de una atroz viruela, mientras me hablaba en tono de queja acerca de un amante que le quitaba el sueño, además de sus pantis. No sé para qué me lo describió, como si me importara. Y de allí deduje que se parecía a mí, pero de tiempos cuando yo era muy joven.
Me sentí algo desilusionado de no ser yo el protagonista principal. “¿Entonces, qué demonios hago aquí?” me pregunté en silencio. Y desde las escondidas profundidades de mi mente salió la respuesta: “Ajá… Quieres que fisgonee cuando haces el amor”, dejando expuesta mi reprimida compulsión voyeur.
Quise preguntarle algo, pero no me dejó.
“Sólo escúchame, eso no te hace mi cómplice, ¿Oh sí?” me dijo como una orden, pero prometiéndome mucho más con la mirada.
Yo seguí a su lado, acompañándole en silencio, casi en contra de mi voluntad, pensando que en cualquier instante Lucrecia voltearía hacía mí y me cortaría el cuello, las manos o los cojones, tal como me había contado que había hecho con sus otros amantes; aunque también pensaba que ella, como la viuda negra, iba a hacerle algo muy malo a quien íbamos a ver. Yo estaba aterrorizado, pero la compulsiva, libidinosa e irrefrenable curiosidad de verla fornicando con su amante me hacía seguir adelante, sin importarme lo demás.
Hasta que el silbato de un tren anunció su paso.
Nos paramos al lado de la vía férrea y ella fijó su mirada en el tren que venía echando humo y vapores.
Fue sólo un instante, como un relámpago, en que vimos al maquinista del tren asomado por la ventana; era el joven rostro sonriente descrito que yo creí reconocer, cuando el tren pasó delante de nosotros.
“Bang, bang” resonó en mis oídos y vi un arma brillar en la mano enfundada en guante negro de encajes de Lucrecia, apuntando al maquinista de la ruidosa y humeante mole de acero. 
Las estacas cayeron de mi mano y me alejé conduciendo el tren, mientras veía a Lucrecia abrazada de su joven amante.

sábado, 8 de mayo de 2010

DIÁLOGO SUBLIME Y ETERNO… MODIGLIANI

“Cuando conozca tu alma pintaré tus ojos”
 le dice Amadeus Modigliani a su esposa, en el largo proceso de su creación artística.
“¿Y… cómo pinta un ciego?”
le responde su esposa, encarándole su distraído amor.
“¡Pinta lo que nadie ve!”
le respondió Modigliani.

viernes, 5 de marzo de 2010

Como mi Hermano Siamés

Él sale de muy dentro de mí, diría que de mis entrañas y lo llevo pegado justo a mi espalda. Por un tiempo se escondía prudentemente cada vez que me miraba en el espejo. Dicho sea de paso, las personas con quienes trataba no se daban cuenta de su presencia. Pero, recientemente no puedo controlarlo, se le ha dado por mostrarse sin ningún pudor, temor, vergüenza o, mejor dicho, sin ninguna restricción, y he empezado a tener problemas. Él es más que horrible, es despreciable.
A veces lo olvido por breves instantes pero él se encarga de aparecer. Me avergüenzo de llevarlo a todo sitio sin poder liberarme de su presencia. Está conmigo día y noche, haga frio o calor; mientras almuerzo, ceno o descanso; esté en la más absoluta intimidad o en público; no me deja ni puedo dejarlo y siento que me está destruyendo.
Busqué ayuda y consejo en mis amigos porque quiero controlarlo y me dijeron que todo dependía de mí, de que era con amor y paciencia como podía resolver este problema… Como ven, no resultó.
Hoy en la mañana, mientras me peinaba delante del espejo, se le ocurrió mostrarse una vez más. Entonces vi su horrible rostro, deforme como un monstruo, asomarse por mi espalda. Con una repugnante expresión en su rostro de autosuficiencia y desprecio. Pero lo peor de todo es que me di cuenta que mis facciones se van pareciendo a las de él.
No puede ser, tengo que solucionar esto antes que me destruya. Iré al doctor.
“Doctor, tengo un problema muy grave, no tengo paz en ningún momento… Siento un odio tan profundo que me corroe el alma y no puedo liberarme de él…”

lunes, 22 de febrero de 2010

UOYOOOO… UOYO, YO, YO

DE  MICHAELANGELO BARNEZ

¡Uoyoooo!… ¡Uoyo, yo, yo! Fue el grito que erizó los poros de nuestra piel. Las luces multicolores e intermitentes parpadearon y hubo una explosión de alegría.
¡Uoyoooo!… ¡Uoyo, yo, yo!
*Gritaba un hombre en el escenario con el puño en alto, era delgado y de sonrisa fácil, y respondimos al unísono: ¡Uoyoooo!… ¡Uoyo, yo, yo! mientras saltaban de manera acompasada al ritmo de una fusión de ritmos del Reggae jamaiquino, la Rumba española, el Rock pesado y sabe dios que otra más, sosteniendo una guitarra que no dejaba de rasgar, en medio de una banda musical no menos alegre y dinámica que él… Era Manu Chao y su banda, y nosotros más de 60,000 personas que comenzamos a dar saltos siguiendo el ritmo de la música… y el lugar tembló como en un terremoto. Y en medio de ese mar de gente lo hicimos nosotros también.

“Welcome to Tijuana… Tequila, sexo y mariguana…”
*Hoy hice un alto en mi vida y fui al concierto de Manu Chao, sí, Manu Chao había llegado por fin a mi país. Él se había presentado la noche anterior en un inmenso estadio de fútbol, en donde se vendieron más de 60,000 entradas. ¿Ir allí? Imposible. La entrada más barata era de 10 dólares que equivalía al gasto que hacemos en casa para vivir diez días. Felizmente Manu Chao obliga a los promotores a auspiciar un concierto gratis. Por eso estábamos aquí.
“¡Yo vengo del hoyo yo yo… Hoyo yo yo… Hoyo yo yo!”
*Y yo también. Vivo a las afueras de la ciudad, en un lugar indecente, no recomendable para cualquier ser humano por insalubre y carente de todos los servicios como la luz, el agua y el desagüe. En un hoyo que un animal libre no aceptaría como guarida pero que otros millones de gente como yo, aplastados por el sistema, aceptamos.
“La suerte viene, la suerte se va por la frontera… por la carretera…
El hambre viene y el hombre se va por la carretera…”
*Soy obrero textil, casi por jubilarme. Vine a la capital, es un decir, desde las alturas de los andes hace 50 años, pero la gran Babilón no me aceptó, por eso caí en este hoyo del que no puedo salir. Mi hijo casi ingresa a la universidad de Ingeniería; que tal sueño ¿no?, ahora trabaja conmigo en la misma fábrica. Su hijo, mi nieto, tendrá su oportunidad, ya veremos…

“Solo voy con mi pena… Sola va mi condena
Correr es mi destino… Para burlar la ley
Perdido en el corazón… De la grande Babilón
Me dicen el clandestino… Por no llevar papel…”
*Trabajo de albañil, cuando puedo. Mi hermano mayor se fue al norte hace dos años y cada fin de mes nos escribe desde un lugar diferente. Allí, felizmente, trabaja y puede mandar dinero… eso nos ayuda un poco a vivir aquí. En cambio nunca podemos agradecerle porque no tiene un domicilio fijo. Dos años y ya conozco el nombre de más de veinte ciudades de la gran Babilón. ¿Mi hermano habrá visto a Manu Chao? Si estuviera aquí con nosotros estaríamos en este concierto.
“Welcome to Paradise… Welcome to paradise
Today it’s raining… Today it’s raining… in paradise
In Baghdad, it's no democracy
That’s just because, it’s a US Country
Go Maasai go Maasai be mellow,
Go Maasai go Maasai be sharp…”
*Gritábamos un grupo de universitarios en coro, a quienes no nos bastó el de anoche y hoy acompañábamos a Manu Chao en este concierto popular.
“Peruano… Clandestino
Argentino… Clandestino
Uruguasho… Clandestino
Marihuana… Ilegal…”
*Creo que cada quien tiene sus motivos para hacer o no hacer algo, lo peor es buscar excusas para lo mismo cuando debe decidir algo.
A mi edad, el doble o hasta el triple de la mayoría de jóvenes que me rodeaban, yo saltaba al borde del colapso pero con la felicidad de hacerlo sin el maldito temor. Quizás mañana, cuando una bolsa y una jeringa cuelgue desde mi futura incontinente vejiga o esté encadenado a una silla de ruedas, añoraré hacerlo pero, por lo menos, tendré la satisfacción de que en mi tiempo lo hice.
“Si yo fuera Maradona viviría como él…
La vida es una tómbola, de noche y de día…”
La fiesta terminaba pero la gente rehusaba a irse.
Estábamos locos, nunca habíamos sentido tanta alegría ni brincado tanto, y gritamos por más, queríamos más, y como nunca… nos hicieron caso.
¡Uoyoooo!… ¡Uoyo, yo, yo!
Al final salimos gritando junto con él y su banda:
“!!!El Pueblo Unido… Jamás será Vencido¡¡¡”
y con el alma henchida de libertad.

viernes, 12 de febrero de 2010

AYAHUASCA… UNA EXPERIENCIA PERSONAL.


Hace poco, cuando ya había publicado “Te Veré en Sueños”, tuve un momento de introspección especial acerca de lo que había escrito como una ficción y lo que yo creía. Y el resultado de aquella auto evaluación fue muy positiva ya que lo que afirmaba en la novela, mas allá de la ficción, era lo que yo verdaderamente conceptuaba.

Mi formación universitaria, en la especialidad de la Ingeniería, me dio la capacidad analítica de discernimiento entre lo real e irreal, entre lo falso y verdadero, más allá de lo puramente académico y profesional. Además, cayeron en mis manos libros extracurriculares de Carlos Marx y Federico Engels, lo que acabó de redondear mi concepción materialista de la naturaleza y por supuesto del universo. Así devine en definirme como un arrogante agnóstico y odioso escéptico... Me había liberado ya de las creencias mágico-religiosas y de las supersticiones que me habían rodeado de manera natural durante mi vida... Hasta que mi vehemencia amainó y coincidentemente llegó a mis manos un tratado de “La Teoría de la Mecánica Quántica” y mi materialismo dialéctico se volvió mas flexible y pude aceptar (o explicarme a mi mismo) la existencia de aquel mundo de lo imposible, de los “milagros”, “espíritus”... “del más allá”... y de aquel universo infinito por descubrir, que está dentro y fuera de nosotros, en donde no cabe ni lo mágico, ni divino... sino las leyes fundamentales del universo, y por consecuencia, dentro de ella, la vida.

Fue entonces que la fascinación, secreta y vergonzante, que sentía por la parasicología y los fenómenos extrasensoriales tuvo al fin un asidero científico... y de allí brotaron los pasajes de la novela “Te Veré en Sueños”, “La Puerta del Sol”  y “Danzando con Cóndores” (en plena elaboración) que cierran la trilogía esotérica que me diseñé desde un principio.

Pero además, esa evaluación me llevó al deseo de ser consecuente con lo que allí afirmaba respecto a aquel maravilloso brebaje amazónico “El Ayahuasca”. Desde muy joven, nacido y criado en el Perú, escuché y leí historias acerca de esta asombrosa droga, la mayoría de ellas exaltándola fantasiosamente o, en el extremo opuesto, maliciosamente falsas... Pero yo no la había probado.

Lo cierto es que el Ayahuasca hoy ya no es un secreto ni un tabú, sino que científicos y espiritualistas, de oriente y occidente, la reconocen como una potente droga psicotrópica capaz de borrar los límites que imponen la conciencia y sumergir a quien lo experimenta en un inimaginable viaje por el universo de la subconciencia... e inclusive aun más. Se puede afirmar que, de la misma manera como un ser atormentado sana después de varias sesiones sicoanalíticas, la gran mayoría que decidieron probar el Ayahuasca, por motivos propios, declararon que el efecto inmediato o posterior es el de una agradable sensación de limpieza espiritual.

El antiguo hombre amazónico descubrió el brebaje hace miles de años, y lo usó con motivos espirituales, para ver el futuro de su comunidad, para hablar con dios y eliminar sus demonios; e impuso la primera experiencia de la toma del Ayahuasca a los jóvenes, quienes abandonaban la pubertad para convertirse en hombres, con el objetivo de que se encuentren consigo mismo, y así fueran mejores.

Así que conocí la Ayahuasca, por rumores primero y luego por investigación para mi novela. Y en mi introspección decidí realizar el viaje por mi subconsciente ayudado por el brebaje amazónico.

Por suerte encontré un excelente Shamán Ayahuasquero... Sí. En ese entonces vi un póster pegado en un poste eléctrico por los alrededores de la Universidad de Lima, Perú, un anuncio que proponía dicha experiencia y un numero de teléfono... y guiado por mi intuición llamé, aunque con un preventivo temor...

“Aló...” escuché que respondían al otro lado de la línea. Era la suave voz de una mujer.

“Sí... Vi un anuncio acerca del Ayahuasca y quisiera saber...”

Y así empezó la historia de la primera experiencia en mi vida con alguna sustancia que me hiciera perder la conciencia de mi entorno para que, con toda lucidez, pueda “ver” el más allá de la realidad. Así conocí a Kapullana, una hermosa mujer amazónica, asistente y esposa del Shamán Pucallpeño Ronald Rivera Cachiche, con quienes ahora me une una agradable amistad.

Me gustaría contarles los detalles de mi viaje, pero sería algo extenso así que les prometo hacerlo en un próximo artículo en esta misma Pág. Aunque sí quisiera agregar, antes de dejarlos, que la experiencia, además de ser asombrosa, es sobrecogedora, en el sentido de que el Ayahuasca toca cada una de tus células, sí, realmente la experiencia es abrumadora... al límite de producirte un aumento en tu ritmo cardiaco, una taquicardia, como consecuencia de las sensaciones que estás viviendo ... Hasta pronto.

sábado, 28 de noviembre de 2009

HASTA PRONTO...

Estimados amigos este mensaje no es para invitarlos a leer alguno de mis cuentos sino para comunicarles mi ausencia por dos meses (Diciembre y Enero) como acostumbro cada año. Durante ese tiempo me alejo de todo lo que es Internet y mi PC y me dedico exclusivamente a las tareas del hogar como, pintar y redecorar la casa, a declarar mis ingresos y pagar mis impuestos, levantarme muy tarde, desayunar en cama, ir a pescar, etc…
Desde ya, les deseo una Feliz Navidad y un Prospero año Nuevo.
Cuídense mucho. Y si no hay novedades estaré de regreso la primera semana de Febrero totalmente recargado de una muy buena energía y con cuentos totalmente inéditos cada semana para compartirlos con todos Uds... Hasta pronto queridos amigos
MICHAELANGELO BARNEZ

jueves, 29 de octubre de 2009

SIN PELOS EN LA LENGUA…Narración breve

ISABEL SARLI... 1962
“Desnuda en la Arena” fue la primera película erótica que vi, mejor dicho me escabullí en el teatro para verla, cuando justo entraba a la dulce etapa de la pubertad.
“Pubertad” fue una palabra que nunca busqué en el diccionario pero que inmediatamente la asocié con la maraña de vellos que aparecieron en mi pubis. Ajá, me dije, dando por sentada la asociación del hecho, las ideas y palabras.
Al ver la película, cómodamente sentado en el teatro de mi barrio de aquel entonces, gocé por brevísimos minutos del panorama de la mismísima enmarañada zona púbica, que ahora me brindaba la voluptuosa polla de doble pechuga: Isabel Sarli, y sin el permiso de Armando Bo, simplemente se armó algo aquí abajo y tuve la misma reacción de un burro.
¿Por qué? Se preguntarán. Bueno, les explico.
Primero, porque como un animal sin raciocinio, tan pronto vi la pecaminosa escena mi reacción fue inmediata. Sentí una dulce sensación que recorrió mi alma, me hizo suspirar y luego endurecer algo de mí que me hizo asociar al dios Eros y sus bacanales, de mis clases de historia universal, con la dureza que se producía allí debajo, pidiendo permiso a empellones entre el follaje de vellos y la cremallera de mi pantalón.
Y segundo, por otra razón más, que explicarlo sería pornográfico; un poco parecido al álgebra ya que se refiere al miembro elevado a su máxima expresión.
“¡Los hombres son unos burros!” me dijo mi primera enamorada, la segunda también y así sucesivamente hubiera seguido hasta el infinito, si yo fuera inmortal; pero no sólo de enamoradas sino de todas las amigas con quienes pude hablar con la confianza suficiente, para que me explicaran que los hombres somos unos tontos, insensibles, egoístas, materialistas, inútiles en el mejor momento, mechacortas, choqueyfugas, meteysacas etc, etc… que sintetizaba con la palabra: “Burro”; pero que yo siempre lo asocié con el único detalle físico con que podíamos compararnos con el aventajado animal… en sueños.
“¡Lo que tuviste fue una erección, tonto!” me explicó musicalmente mi enamorada, una chica muyyy mala, aunque no usó el adjetivo, “Burro”, para calificar mi falta de vocabulario, algo en lo que ella era experta. De allí en adelante esas palabras y todas sus variaciones quedarían asociadas en mi cerebro… de “hormiga o burro”, como quieran, lo dejo a su discreción.
Ella me enseñó muchas cosas más, como dije: tenía un buen vocabulario, pero era el ejercicio de su “lengua y bocabulario” en lo que más destacaba. No me importó mucho su currículo porque en esas épocas aun no despertaba mi morboso libido a plenitud, sino era su angelical rostro lo que me atraía, pero como dije también: ella era muyyy mala!!!. Me enseñó anatomía aplicada y geografía. En donde aprendí manualmente e “in situ” sus depresiones y protuberancias con sus respectivos nombres científicos y vulgares.
Así me convertí en un Rodrigo de Triana al ver y saltar como un loco ante su enmarañado y virginal bosque, en Colón tan pronto pude pisarla y besar sus orillas, y en Magallanes cuando me escurrí por su húmedo y tormentoso estrecho… Ah, me olvidaba de Orellana, quién perdido y de casualidad navegó desde el Perú por el Amazonas hasta su desembocadura: el océano Atlántico, y así, descubriendo el Brasil (¿?)… Sí, también lo fui, sólo que yo, tan extraviado como él, humildemente llegué a Potosí.
Juro que todo esto es totalmente cierto, sucedió a mi arribo a la pubertad y debut de adolescente. “¿Adolescente?” palabra que no sé por qué la asocio con el Rock y la enfermedad. ¿Vendrá de “Adolece…?” o de mi pasajera adicción por “Rosy y sus cinco hermanas” previa a mi primera enamorada.
Bien, así fue el debut de mi quinceañera pubertad en el verano del 62. Y luego, terminadas las vacaciones escolares, regresé al colegio privado de curas Salesianos en donde estaba internado. Donde las inquisidoras miradas de los mal disimulados célibes descubrieron que yo ya no era el niño inocente que había dejado el colegio el pasado diciembre… Sino un burro hecho y derecho.
Esto se los he contado sin pelos en la mano… Oh perdón, quise decir sin pelos en la lengua… Oh shit!!!… La corrección resultó peor que el error… Bueno, mejor lo dejo como está y ya.
PS: Mi primera enamorada, como siempre sucede, me dejó por otro burro más experto tan pronto me fui al internado. Yo sufrí pero la olvidé. Hace poco tuvo el descaro de enviarme una foto suya para hacerme ver lo que me perdí… Ufff, de lo que me salvé ¿No es cierto amigos?









viernes, 23 de octubre de 2009

HISTORIA DE UNA TRAGEDIA ANUNCIADA



Una historia para reflexionar acerca de la educación de nuestros hijos y los límites de nuestras propias ambiciones y proyectos para con ellos.
El personaje de esta historia real es Jessica Dubroff, preciosa y precoz niña de sólo siete años de edad, de quien me enteré así...
Una mañana muy temprano en la comodidad de mi casa, en Long Beach California, recibí la revista “People” al cual estaba subscrito. Usualmente dejo el ejemplar sobre el coffee-table del living room para leerlo después. Pero esta vez no fue así.
El rostro de la niña y el titular de la carátula llamaron mi atención de una manera irresistible. No pude esperar, me senté en el sillón de la sala, puse los pies descalzos sobre el coffee-table, y busqué la noticia dentro de las páginas de la revista.
Pasaron sólo unos segundos antes de encontrar el sensacional reporte mientras por mi mente la pregunta de ¿Por qué murió esta niña? se repetía constantemente, hasta que lo leí.
Así me enteré que Jessica era la mayor de tres hermanos. De sólo siete años de edad gozaba de su niñez en compañía de sus padres en un típico barrio de clase media, Palo Alto, a pesar de que no pagaban la renta respectiva desde hacía varios meses debido a problemas económicos.
Desde pequeña Jessica fue muy intrépida en sus juegos, y practicó casi todos los deportes de la calle como bicicleta, skateboards, rollersblade y otros. Además, tuvo una educación muy especial sin asistir a la escuela, ver la Tv. o jugar como la mayoría de los niños hacen con sus juguetes.
Aun así, Al cumplir los seis años sus padres le obsequiaron un Pony... además de costosos aviones a escala, copia fiel de los reales. En realidad sus padres tenían un plan para ella...
Jessica había demostrado ser una niña excepcional... Era muy inteligente e intrépida para su edad, pero no por eso había perdido la típica candidez, alegría e inocencia en sus juegos. Nunca hizo planes para el futuro... Era muy niña aun... Pero sus padres sí...
Los padres de Jessica habían vivido durante años en problemas económicos, al punto que habían recurrido a la ayuda de la Seguridad Social del Estado para poder subsistir. Y peor aun, recientemente, su padre se había declarado en quiebra del pequeño negocio que tenía.
Es decir las cosas no estaban bien en la familia Dubroff desde hacía bastante tiempo. Hasta que un día vieron en la pequeña Jessica la solución de sus problemas y la manera de salir de la pobreza utilizando sus extraordinarias cualidades.
Así, a pesar de su estreches económica, se las ingeniaron para regalarle un Pony y juguetes muy caros de aviones y aeromodelismo. La pequeña Jessica estuvo muy feliz de poseer semejante mascota con la que podía, además de dar largos paseos los fines de semana, dialogar con aquel lenguaje que existe entre los niños y los animales. Por supuesto que durante los días de la semana su distracción se centró en las replicas reales de los aviones, los que entre juegos y juegos fueron germinándole en su poderosa imaginación infantil las primeras fantasías aéreas.
Es indudable que los padres tenemos que velar por la educación de nuestros hijos para que cuando sean mayores ellos mismos puedan resolver, con mejores recursos, los problemas que la vida nos plantea a todos.
Pero, lo que los Dubroff estaban haciendo no caía en ese tan delicado campo de la formación de los niños.
Los Dubroff tenían un plan muy simple, muy costoso y, mas aun, muy arriesgado para la vida de su principal protagonista.
Ellos querían que cuando la pequeña Jessica cumpliera siete años sea la “Piloto mas joven en haber cruzado los EE.UU. piloteando un avión”.
Plan que no se hace realidad con sólo las intenciones sino que es necesario mucho dinero. Y, los Dubroff que no tenían ni para pagar la renta del lugar en donde vivían, de la noche a la mañana, tuvieron 150,000 dólares para su proyecto. Con ese dinero se pagó las costosas clases de piloto, la familia costeó todos sus gastos previos al vuelo y, principalmente, se pagó el ajustado itinerario de vuelo de costa a costa del proyecto de “Cruzar los EE.UU. en avión piloteado por una niña de sólo siete años.”.
Pero si se gastaba todo ese dinero en el proyecto, entonces ¿Cuál sería la ganancia de los Dubroffs? La respuesta es muy simple y a la vez repugnante.
La hipotética hazaña de la extraordinaria Jessica sería la mina de oro que los padres explotarían con las entrevistas en la Radio, la TV., los libros narrando la odisea y, principalmente, con los derechos vendidos para una película en Hollywood.
No esta de mas decir que la reacción de la pequeña Jessica cuando la inscribieron en la “Escuela Especial para Pilotos” de avión, lo tomó como un gran regalo de sus generosos padres, ignorando que en un breve plazo de seis meses tendría que enfrentarse a la muerte.
Tampoco esta demás decir que la idea del triunfo “fácil” y a corto plazo que vende la subcultura americana era parte de la mentalidad de los padres de Jessica. Sólo así podemos entender el proceso, de como el natural celo de los padres por el futuro éxito de sus hijos se transformó en una ilusión que nubló la mente de quienes eran responsables de tomar las más importantes decisiones, que luego devinieron en hechos que desencadenaron los eventos de una tragedia anunciada.
Claro que las clases no fueron el juego que la pequeña Jessica pensó inicialmente, y sintió miedo ante la rígida disciplina de vuelo y los riesgos que conllevaban pilotear un avión. Ineludible tema de los que su entrenador profesional le advirtió. Pero su padre, inseparable compañero de aventura, se encargó de calmarla dándole ánimo y halagos para no abandonar la tarea iniciada.
Claro que estoy suponiendo muchas cosas al narrar los hechos sin ser un testigo presencial ni tener el poder de leer las mentes y sentir los recónditos sentimientos de otros. Sí, supongo muchas cosa basado en la investigación realizada, y porque me pongo en el caso de que la pequeña Jessica fuera mi hija. ¿Qué si Jessica sintió miedo? Claro que sí. Absolutamente. El miedo es una reacción natural. Más aun en una niña. Señores, el miedo es una alarma ante un peligro, real o ficticio, que nos llama a la reflexión y a actuar ante él... Sólo que ella no tenía elección...
Muchos de nosotros, adultos y profesionales, o no, hemos hecho cosas en la vida en contra de nuestra voluntad... Obligados por las circunstancias, y de las que después nos arrepentimos. Jessica tampoco tuvo esa oportunidad.
Sí. Así, como por un callejón sin salida, Jessica fue adelante, imposibilitada a decir “No!” cuando la prensa, la radio y la televisión la acorraló con halagos y preguntas que la comprometían aun más con aquel sueño postizo que nunca tuvo.
Por supuesto que Jessica aprendió a volar, y cumplió con todas sus horas de vuelo reglamentarias para ser piloto. Como dije en un principio, Jessica, era un ser extraordinario... Pero era una niña de sólo siete años que ni siquiera llegaba a los pedales del control del avión. Aun así, empujada por el entorno, voló...
Voló, voló como una profesional... Como un angelito... al cielo.
JESSICA DUBROFF, LA PRECOZ NIÑA DE SIETE AÑOS MURIÓ CUANDO SU AEROPLANO CAYÓ A TIERRA, EN MEDIO DE UNA TORMENTA, MIENTRAS INTENTABA CRUZAR LOS EE.UU. Y ASÍ LOGRAR EL TITULO DE “LA PILOTO MAS JOVEN”... HOY, ELLA TENDRÍA 18 AÑOS.
De esta trágica manera se cerraba la triste historia de un desastre anunciado... Peor aun, cuando su padre forzó la partida de Jessica, por problemas de presupuesto, en medio del mal tiempo...
Fue así como me enteré de la trágica historia de Jessica, un día de Abril de 1996, sentado en mi cómodo sillón del livingroom de mi hogar, en medio de lágrimas y reflexiones.
Con la pequeña Jessica murieron su padre y el copiloto... Y la única persona que disfrutó de la trágica fama adquirida y del asqueroso sensacionalismo de la Radio, Prensa y TV. fue su madre, quien vendió los reportajes y la historia de la Pequeña Jessica a los medios... Y que hoy aun sigue solicitando donativos y vendiendo surveniers y CD’s del mundo de Jessica...
Dije, en algún momento de la presente nota, que me involucraba con el tema ya que me ponía en el hipotético caso de que Jessica fuera mi hija, por eso puedo suponer que su padre fue un tipo abominable. Y que si hay un dicho popular que dice “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” para descubrir a quien a pesar de sus meritos está ignorada entre bambalinas... Creo que, en este caso, lo contrario también se cumple, “Detrás de aquel padre abominable había una ç@%*&...”.
Padres, dejemos que los niños crezcan en medio de sus juegos y fantasías... Y no persiguiendo los sueños que no pudimos realizar.
HASTA SIEMPRE JESSICA DUBROFF... HASTA SIEMPRE ANGELITO.

miércoles, 21 de octubre de 2009

VETARON LA PRESENTACIÓN DE "CALLE 13"

VETARON LA PRESENTACIÓN DE "CALLE 13" EN UN PUEBLO DE COLOMBIA POR USAR UNA CAMISETA CON MENSAJE EN LOS PREMIOS MTV 2009...
¿POR QUÉ SERÁ QUE SIEMPRE LAS VERDADES DUELEN?
LO REPUDIABLE NO SON DECIRLAS SINO LA REACCIÓN DE QUIENES DICEN DEFENDER LA DEMOCRACIA PERO CENSURAN LA LIBERTAD DE EXPRESARLA. ES DE HIPÓCRITAS ¿NO?

LOS VIAJES ASTRALES… ¿FICCIÓN O REALIDAD?

Autor... Michaelangelo Barnez Para empezar diré que los Viajes Astrales son experiencias extraordinarias en donde el espíritu, alma, ánima...