Él sale de muy dentro de mí, diría que de mis entrañas y lo llevo pegado justo a mi espalda. Por un tiempo se escondía prudentemente cada vez que me miraba en el espejo. Dicho sea de paso, las personas con quienes trataba no se daban cuenta de su presencia. Pero, recientemente no puedo controlarlo, se le ha dado por mostrarse sin ningún pudor, temor, vergüenza o, mejor dicho, sin ninguna restricción, y he empezado a tener problemas. Él es más que horrible, es despreciable.
A veces lo olvido por breves instantes pero él se encarga de aparecer. Me avergüenzo de llevarlo a todo sitio sin poder liberarme de su presencia. Está conmigo día y noche, haga frio o calor; mientras almuerzo, ceno o descanso; esté en la más absoluta intimidad o en público; no me deja ni puedo dejarlo y siento que me está destruyendo.
Busqué ayuda y consejo en mis amigos porque quiero controlarlo y me dijeron que todo dependía de mí, de que era con amor y paciencia como podía resolver este problema… Como ven, no resultó.
Hoy en la mañana, mientras me peinaba delante del espejo, se le ocurrió mostrarse una vez más. Entonces vi su horrible rostro, deforme como un monstruo, asomarse por mi espalda. Con una repugnante expresión en su rostro de autosuficiencia y desprecio. Pero lo peor de todo es que me di cuenta que mis facciones se van pareciendo a las de él.
No puede ser, tengo que solucionar esto antes que me destruya. Iré al doctor.
“Doctor, tengo un problema muy grave, no tengo paz en ningún momento… Siento un odio tan profundo que me corroe el alma y no puedo liberarme de él…”
6 comentarios:
Gracias, Michelangelo, por tu amable comentario en la Revista Estrellas Poéticas.
Ya he colocado la opción de suscribirse. Te agradezco la sugerencia.
En cuanto a tu texto, resulta muy interesante, pienso que todos llevamos ocultos un siamés que nos delata en determinados momentos.
Saludos, voy a linkearte.
Interesante tu texto Michaelangelo, ese "otro" que llevamos a la par, a veces molesta, a veces nos ayuda, y a veces nos hace comprender una parte de nuestra realidad que no nos gusta. Buen texto amigo.
Saludos, rober
Estimado Robert... Hace bastante tiempo que no sabía de ti. Creo que desde que se cerró el otro Blog. Por eso he incluido el link de tu Blog, aquí en el mio, en la lista de mis amigos, así estaremos en contacto.
Te agradezco la lectura y el comentario.
Saludos
Dear Catalina... Muy halagado por tu lectura y comentario.
Estaremos en contacto.
Saludos
Llegué acá de casualidad y no me voy decepcionada, me encantó el texto! Saludos.
Dear anonimo... Me siento feliz de que te haya gustado mis letras, y me encantaría que regreses por más.
Te espero.
Saludos.
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