POR: MICHAELANGELO BARNEZ
“Somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas”… Carl Sagan.
La palabra “OVNI” es una sigla que significa: Objeto Volador No Identificado, y cuyo par en el idioma inglés es “UFO”, la que corresponde a Unidentified Flying Object. Ambas siglas de reciente creación en el siglo XX debido a los continuos avistamientos de luces u objetos luminosos no identificados en el cielo, las que describían trayectorias inverosímiles comparadas con los aparatos voladores que nuestra tecnología ha creado. Pero no limitadas a ese siglo pasado sino que datan desde hace mucho tiempo… realmente desde que el hombre pudo graficar algo y representarlos en piedras o suelos.
Hasta la actualidad se han reportado cientos de miles de casos de avistamientos de OVNIs, de los cuales casi el 99% de ellos ha resultado finalmente siendo un fraude, o una mera ilusión óptica.
Pero allí quedan, incólumes, ese pequeño porcentaje del 1% de fenómenos que, si bien son inexplicables aun, son verdaderos. Diálogos en vivo y en directo, de diversas fuentes y en simultáneo, de un mismo evento hacen de esos fenómenos hechos completamente reales de avistamientos a OVNIs. Informes orales de pilotos profesionales de la aviación civil, comercial y militares, han quedado gravadas en las cajas negras de los aviones y en las torres de control aéreo, haciendo que se confirmen la probabilidad matemática de la existencia de extraterrestres no solo en el universo, sino, y más aun, su visita. Aunque luego, cuando las autoridades enfrentan los hechos, sus excusas para negar tales eventos son tan ridículas como los otros casos de avistamientos fraudulentos.
Quien escribe este artículo siente una entrañable atracción por el tema, así como también con lo relacionado a los fenómenos paranormales.
Sin embargo, ésta atracción no nubla ni contamina mi opinión, ni me convierte en un ser proclive a creer historias inverosímiles que no tienen ningún sentido lógico, las que se derrumban ante un sencillo análisis, usando simplemente el sentido común. Además, que como una persona común y corriente, en su sano juicio, sabe diferenciar entre la ficción y lo real, entre la farsa y lo inusualmente asombroso, y deja, como corresponde, un espacio a la duda. Lo que me ubica en el campo del escepticismo.
Se ha dicho y escrito mucho acerca de este tema. Se han presentado vídeos y testigos que juran haber visto y contactado a seres extraterrestres. Otros afirman haber sido abductados (de la palabra abducción-ufología, que podría interpretarse como secuestrado), estudiados y luego devueltos a este mundo cruel. Otros han ido más lejos, y afirman que ya han iniciado toda una relación con ellos, y han creando cultos y asociaciones, enviando boletines con los mensajes de los alienígenas. Todo esto puede ser muy bien catalogado como una colección de cuentos, sino puras mentiras, creadas con la malsana y morbosa idea de engañar y ser parte de ese engaño. A esto se suman algunos escritores de ciencia ficción que inescrupulosamente afirman como verdaderas las historias que crean.
Aun así, en medio de toda esa desinformación de fabulas y mentiras, existen casos verdaderos de avistamientos que nos asombran y nos llaman a la reflexión y, por supuesto, a la búsqueda de la verdad. Y en este rincón quedan sólo algunos investigadores, UFOlogos serios, que tratan el tema con el verdadero espíritu de conocer la verdad, descartando los fraudes y mentiras colectivas de los otros casos, y a quienes las instituciones estatales les ponen toda clase de barreras, obstaculizando su trabajo de investigación.
A estas alturas del siglo XXI ya no podemos usar la obsoleta y absurda vía de conocimiento resumida en: “ver para creer”, acerca de los OVNIs, sino, como siempre, debemos usar nuestros conocimientos, la lógica y el sentido común para analizar estos fenómenos, y no ser presa fácil de la prensa amarilla y de “investigadores” inescrupulosos que lucran con sus historias ficticias, además del sensacionalismo, en un tema que mueve un mercado de millones de dólares al año, sólo en lo que son las publicaciones, surveniers y el turismo a ciudades benditas por la ‘visita de los alienígenas’ y sus naves espaciales.
Realmente el tema de los extraterrestres y sus platillos voladores está muy manoseado, además de viciado con historias falsas, pero eso no daña nuestro espíritu por encontrar respuestas, respuesta verdaderas basadas en la confrontación con la realidad y no en episodios anecdóticos. Entonces, de allí surge nuestra primera gran pregunta.
¿EXISTEN LOS SERES EXTRATERRESTRES?
La respuesta es muy simple: Claro que sí. Por supuesto que existen. Absolutamente cierto. No me cabe la menor duda de su existencia. Es mi opinión basada en el simple cálculo de probabilidades en un campo infinito, como la ciencia afirma, acerca del Universo. Y quizás, o muy probablemente, nosotros mismos somos los descendientes de ellos. Me explico.
De la misma manera como la vida se hizo posible en nuestro sistema solar, al encontrar en el planeta tierra con las condiciones mínimas necesarias y especificas para que la vida, tal como la conocemos, se desarrolle, sucedió el salto cualitativo del conglomerado químico y energético y apareció el primer ser vivo: La célula. Aquel ser de casi 500 genes y con un código de ADN, que superaba a los virus y bacterias existentes. Aquel ser mínimo pero grandioso, que poseía un núcleo y podía auto copiarse y dividirse, e interactuar con su medio ambiente y con la extraordinaria capacidad de cambiar con tal de sobrevivir. Célula que fue y es capaz de acumular y procesar información para agruparse y formar otros seres vivos mas complejos.
Y de la misma manera como se dio en la tierra, pudo haberse generado en cualquier otro lugar del universo o de nuestro sistema, con aquellas mínimas condiciones, y haber llegado a la tierra en un cometa o meteorito que colisionara con la nuestra. Posibilidades, simples y meras posibilidades, de un hecho real y concreto: la de nuestra existencia en la Tierra.
Nuestra galaxia, La Vía Láctea, contiene a millones de millones de estrellas, diferentes y parecidas a la nuestra: El Sol.
El universo, hasta donde se conoce, contiene a millones de millones de galaxias, diferentes y parecida a la Vía Láctea. En donde existen millones de sistemas solares idénticos al nuestro.
Entonces no sería una fantasía o utópico pensar que existen otros seres vivos, parecidos o diferentes, pero inteligentes, más o menos, como nosotros en algún lugar muy lejano de nuestro sistema solar.
Pero… ¿Qué tan lejos?
Bien, a decir verdad, pensar en el tamaño del Cosmos me produce jaqueca. Les diré el porqué.
Se calcula que el Big Bang, o la Gran Explosión, que dio origen al Cosmos como lo conocemos ahora fue aproximadamente hace 15 mil millones de años. Calculo basado en el estudio hecho a las estrellas, su brillo y la constante separación de estas. Lo que ha dado origen a una unidad de medida: El Año Luz. Por favor, no me pregunten que hubo ante del Big Bang, porque me produce otra jaqueca. Ahorremos neuronas cerebrales para los cálculos que tendremos que hacer en unos segundos.
Bien, entonces el Big Bang expandió a los elementos que hoy forman lo que vemos en el firmamento con nuestros ojos y con ayuda de los telescopios, y en los que estamos parados, sentados o echados, en estos momentos. Hasta hoy, y por muchos millones de años mas, nuestro sistema solar se ira alejado mas y mas de un relativo epicentro de la explosión. Los científicos afirman que el universo visible (a nuestra tecnología) tiene una dimensión de 46 mil millones de años luz. Siendo muchísimo mayor lo que aun no podemos observar. Es decir, las estrellas mas extremas en el imaginario diámetro del cosmos están a la distancia de 46 mil millones de años luz.
Y si la velocidad de la luz es de 300 mil kms por segundo, imagínense lo que recorre en un año (Año Luz), y luego en 15 mil millones de estos (desde que ocurrió la gran explosión)… El resultado de ese cálculo es monstruoso: aproximadamente 56… seguido de 12 ceros en kilómetros. Les doy un ejemplo muy gráfico:
El Sol está a 150 millones de Kms. de la tierra, y el primer rayo solar (es un decir) demora 8 minutos en llegar a ésta. Si tuviéramos una nave capaz de volar a esa velocidad (es otro decir) entonces podríamos salir de nuestro sistema solar en sólo varias horas. Muy veloz ¿No? No, realmente no es así. Nuestra Vía Láctea tiene un diámetro de 100 mil años luz, que con nuestra nave espacial imaginaria nos sería absolutamente imposible cruzarla, y eso que sólo estamos hablando de nuestro distrito sideral del barrio en donde vivimos y en donde está nuestra “casa cósmica”. Cálculos y números que nos llaman al ocio mental, pero que sin ellos seríamos presa fácil de los vendedores de aceite de culebra sideral que pululan por doquier. Y por supuesto, los cuentos inventados por los ufólogos son más interesantes.
Bien, entonces después de haber uniformizado nuestros mínimos y necesarios conocimientos acerca del universo y la tierra podremos especular acerca de las posibilidades que abren los avistamientos de OVNIs, de los reales, de aquellos que no han podido ser objetados por nadie, ni ciencia, ni científicos. Y lo haremos siempre desde el sano y preventivo campo del escepticismo.
Si los avistamientos a los OVNIs son reales, entonces surgen varias preguntas:
1.- ¿Quienes son?
2.- ¿De dónde vienen?
3.- ¿Qué buscan, qué quieren?
4.- ¿Se ha contactado ya con nosotros?
Por supuesto que al querer responder a estas preguntas corremos el riesgo de que nos lleve inmediatamente al terreno de la ficción, y como ese es un terreno vedado para quienes buscan la verdad nos mantendremos alejado de toda teoría exótica, si es que realmente queremos analizar el tema con seriedad. Entonces no aceptaremos las revelaciones de mi abuelita, las de la Virgen María o ni las del flaco De La Cruz. Así, con un campo más reducido, y luego de aceptar que los extraterrestres existen, la pregunta surge espontáneamente.
¿QUIENES SON?
Los extraterrestres, tripulantes de los OVNIs o residentes de un planeta de cualquier lugar del universo, los ETs en una palabra popularizada por la película de Steven Spielberg, y pronunciada como “ITI”, aunque no tiene nada que ver con la conocida expresión: “iticonchasum…”; así, estos seres tienen que ser muy semejantes a nosotros… ¿Por qué? Porque todo el universo está relacionado y formado de los mismos elementos, los mismo que constituyen a los entes vivos. Por supuesto que su aspecto físico diferirá del nuestro, en la medida de, qué tan diferente sean las condiciones en donde se desarrollaron y estas lo hayan moldeado en su evolución. Sí, evolución, porque nada en el cosmos escapa a las leyes naturales que las rigen. Y para no elucubrar mas allá de la realidad veamos nuestro caso como uno más del universo.
La Célula primaria, en la Tierra, dio paso a todo un universo de seres que se adaptaron a las condiciones reinantes de ésta, y que luego tuvieron que cambiar en la medida que ésta cambiaba. En la tierra han existido millones de especies que han desaparecido de manera definitiva, y otros millones que dieron origen otras con tal de sobrevivir. El ejemplo clásico de los dinosaurios nos viene a la mente inmediatamente, y si la mayor parte de estos murieron por los efectos de la terrible colisión y la catástrofe ecológica provocada por el choque de uno o más asteroides con la tierra, otros sobrevivieron y cambiaron. Aunque nosotros no existíamos aun ni como un primate erecto.
Hoy tenemos a millones de especies que nos acompañan en la tierra, muchas de ellas ni siquiera las conocemos, y, peor aun, estamos aniquilando a millones de estas con el daño que hacemos a nuestro ecosistema todos los días. Pero, de las millones de especies que si conocemos en nuestra flora y fauna, podemos ver como nuestras propias condiciones de presión, temperatura y composición del aire, por decir lo más obvio, nos muestra el abanico de posibilidades formado desde una sola, o paquete, de células originales. Tenemos a millones de especies que viven y respiran en el agua, a millones que vuelan y respiran el aire de la atmósfera, y además a millones que viven pegados a la tierra como nosotros, salvo esporádicos “saltos de pulga” que damos en aparatos llamados aviones o cohetes y otros. Y así podríamos seguir contando y describiendo la variedad. Los tenemos de sin pies a cien pies, de sin ojos a mil ojos, de los que nacen vivos o en huevos, de los que viven sólo minutos a los que pasan los cien años. De los que copulan para reproducirse o los que se auto reproducen, de los sin huesos a los con huesos. Y aun así, existen millones que hacen de estas condiciones simplemente ambiguas en su existencia. Pero con todas ellas, las especies, estamos íntimamente ligados por nuestro origen celular, y compartimos nuestra identidad: el ADN; El que nos identifica como seres de este planeta y no de otro… pero de este único universo hasta donde conocemos. Sí, los extraterrestres existen, y son como nosotros en nuestra inmensa variedad en la que nos tocó evolucionar.
¿DE DÓNDE VIENEN?
Si afirmamos que los extraterrestres ya nos han visitado, suponemos que tienen que vivir en algún lugar del universo y provenir de ese lugar, planeta, galaxia, como sea, colosalmente lejos.
En la actualidad existen programas científicos de observadores del cosmos. SETI, es uno de ellos (creado por el gran Carl Sagan) cuya sigla viene del inglés "Search for ExtraTerrestrial Inteligence", que analizan lo poco que podemos ver u oír proveniente del espacio exterior con la tecnología que contamos, escudriñando a diario las estrellas. Los telescopios son muy limitados, incluido el Hubble, pero no excluido para dicha tarea. Los observadores han escaneado parcialmente nuestro cielo en búsqueda de una señal de Radio, ya que no hay otra forma de llegar a tan remotos lugares. Ellos buscan un conjunto de sonidos que formen un sistema o patrón que demuestre la procedencia de una fuente inteligente. Pero hasta el día de hoy, lamentablemente, no han logrado nada. De otro lado, la actitud de ellos no ha sido pasiva, ya que se han estado enviando señales en espera de una respuesta que originen un contacto. Como sea, todos estos intentos de contactar a los extraterrestres han abarcado un radio de acción de 80 años luz con resultados totalmente negativos. Lo que nos llama a concluir que dentro de esa distancia, 80 Años Luz a la redonda, no hay vida inteligente capaz de crear un aparato de radio que emita señales electromagnéticas en sus comunicaciones, menos aun de construir naves espaciales para visitarnos, llámense OVNIs, en los que viajen en segundos lo que tarda la luz en mil años, para ser recién ser vistos aquí en la tierra por mentes afiebradas.
Así, podremos concluir que si los extraterrestres vienen a visitarnos, tiene que ser desde estrellas o galaxias mucho más lejanas a los 80 años luz… y que han tenido la decidía de no solo no querer saludarnos, sino ocultar sus señales de radio… Pero, a pesar de esa lamentable realidad y de nuestro escepticismo, aun late la posibilidad. Y esta esperanza a su vez nos lleva a la conclusión de que ellos cuentan con una tecnología tan avanzadísima que, lógicamente, refleja el nivel de inteligencia al que han llegado.
Veamos ahora cuales son los problemas que ellos han tenido que superar para visitarnos y, a la vez, jugar a las escondidas.
Habíamos afirmado que los ETs eran individuos muy similares a nosotros, seres de la tierra en su inmensa variedad, que desarrollaron su cerebro y un extraordinario nivel de conciencia capaz de crear tal tecnología que les permita vencer una serie de leyes del universo. ¿De acuerdo? Lo contrario, es hacer fabulas de ficción, que no es nuestra intención.
Volvamos a nosotros, volvamos a la tierra. Aquí todos los seres del planeta están sujetos a las leyes de la naturaleza que durante millones de años nos han formado. Únicamente el hombre por su desarrollo cerebral y de inteligencia es capaz de maniobrar y vencer con muchas limitaciones algunas condiciones naturales. Pero ahora hablemos de los problemas. Por ejemplo, dos muy importantes:
1.- La acción de la gravedad en nuestra vida.
2.- Nuestras condiciones vitales y el medio ambiente.
Los estudios más avanzados y radicales acerca de nuestro cuerpo y la vida fuera de la tierra han llevado a los científicos a estrellarse ante muros que hasta hoy son absolutamente insalvables. Por ejemplo, la velocidad. Está demostrado que nuestro cuerpo no tolerará, al límite de morir debido a la aceleración para conseguirla, velocidades mayores a las de 12 Mach, es decir 12 veces la velocidad del sonido, que expresados en términos de la aceleración sería el equivalente a 10G’s (diez veces la acción de la gravedad de la tierra) debido al empuje que tendría que soportar para llegar a esa velocidad. Y como ejemplo ilustrativo les diré que si pesan 80kgs, en condiciones normales, entonces la acción de 10G’s los transformaría a 800kgs que es casi lo que soporta un astronauta al salir al cosmos o los pilotos de prueba.
La velocidad del sonido en el aire es de 340 m/seg. y la de la luz de 300,000 Kms/seg Descomunal diferencia, ¿No? Entonces, volar a 12 Mach, ó 10G’s de aceleración, para un piloto debidamente protegido con lo último de la tecnología aerodinámica, sería como una tortuga corriendo en cámara lenta en el espacio, y con el peligro de morir si aumenta su velocidad. Así, la idea de llegar al planeta Marte dentro de unos años, que es un proyecto de la NASA, que tomará casi dos años de la vida de los astronautas en sólo ir y venir del planeta rojo, aun cuando quedan problemas biológicos por resolver. Pero viajarían en la ingravidez, reclamaran algunos pensando en la relación velocidad-gravedad.
Sí, a lo anterior hay que agregar el problema de la vida prolongada en estado de ingravidez. La masa muscular, la estructura ósea, entre otros elementos del ser humano, se deterioran terriblemente cuando estamos fuera del campo gravitacional ya que muchas funciones biológicas se interrumpen.
Podemos seguir enumerando nuestros problemas de ser terrenales para un viaje espacial, pero no olvidemos de relacionarlo con nuestro tema, y que, por mas grande que sean, suponemos que los extraterrestres que nos visitan ya lo han superado.
Entonces, tendremos que remarcar que si los ETs vienen de distancias mayores a los 80 Años Luz tendrán que hacerlo en viajes que sólo tarden minutos, días o a lo mucho unos meses, a una velocidad mucho mayor que la de la luz, por decir lo menos, sin producir ninguna alteración al medio por donde viajan para no ser detectados por ninguno de nuestros rudimentarios aparatos y sensores que los están buscando durante años por un amistoso encuentro. Viaje de extraterrestres que realmente dudo que sean de esa manera. ¿Pero, de dónde viene mi escepticismo?
Debemos de saber que la velocidad de la luz no sólo es la rapidez con que viaja ésta, sino además implica todo un cambio en el objeto que viaja a dicha velocidad debido a la relación que tiene la velocidad, la materia y la energía. En el campo de la teoría, los científicos actuales y del siglo XX pasado, afirman que la masa cambia y el plano espacio-tiempo se curva. El objeto volador pasaría a un estado dual, como la luz, de materia-energía, y que, como partícula cósmica, la Ley de la Incertidumbre lo pondría en un estado de “Ser y No Ser”, en algún lugar indefinido del universo. A esa velocidad, nosotros, simplemente no existiríamos. ¿Y de allí viene mi escepticismo? No, porque eso sólo nos involucra a nosotros y a nuestro nivel tecnológico y no a los supuesto ET's.
Más bien, mi escepticismo me hace pensar y abrir dos posibilidades acerca de los ETs, pero antes tengo que suponer que para los viajes espaciales, serios y no de ciencia ficción, viajar a la velocidad de la luz es como ir en bicicleta al planeta Marte. Sí, la velocidad de la luz es una velocidad ridícula para tan grandes viajes. Ahora si, las posibilidades son:
1.- Que los ETs están más allá de nuestro límite de poder detectarlos, pero muy cerca, de la frontera de los 80 Años Luz, y que con la tecnología que poseen no han querido comunicarse con nosotros, bloqueando todos los radares que denuncien su presencia, sin embargo aquí en la tierra ya los hemos ‘ampayado’ (verlos desprevenidos) con ‘fotos’ y ‘videos’. Sin embargo su fabulosa tecnología de naves espaciales que pudo permitirles visitarnos hace más de cinco mil años, hoy es ya obsoleto y están en un incipiente progreso de la Tele-transportación, o viaje instantáneo, y sus viajes son a través de los agujeros negros. Teletransportación, medio de transporte de un extremo del universo a otro en segundos, tecnología la cual nosotros también nos hemos iniciado dando nuestro primer paso, en la investigación y práctica en el laboratorio, en una escalera de un millón de peldaños.
2.- Que los ETs están al otro lado del Cosmos, poseen la tecnología para viajar por el cosmos en pocos segundo, dominando la distorsión del espacio y el tiempo, y la teletransportación a través de los ‘agujeros negros’ y ‘agujeros de gusanos’, dominando todas las leyes del universo, pero que aún no les sale de los cojones el comunicarse oficialmente con nosotros. Entonces…
¿QUÉ BUSCAN, QUE QUIEREN?
Los viajes espaciales, como cualquier otros, tiene que tener sus motivos. Marco Polo no fue al Asia sólo a buscar chinitas bonitas y vestirse de seda, ni Cristóbal Colón vino a América a vivir la vida loca con nuestras amazonas calatas y la Coca. No. Los exploradores de esos tiempos tenían objetivos claros, en medio de sueños y fantasías, de lo que buscaban, y si no ellos, entonces los que financiaban sus viajes. Además, algo muy importante, sus aventuras exploratorias reflejaban el modo de pensar de esos tiempos. El racismo, la autoridad divina, el derecho a la conquista eran algunas de las incuestionables premisas del pensamiento colonialista en los nobles y la iglesia que gobernaban, seguidos fielmente por los acólitos de las clases menores.
Los extraterrestres son los exploradores cósmicos de nuestros tiempos, y preguntarnos ¿Qué buscan y que quieren? No es una ficción, menos aun debe ser nuestra respuesta.
Habíamos afirmado, en un principio, que los ETs eran como nosotros, de la misma universalidad de formas desde donde hemos evolucionado. Bien, ahora, sin importarnos su apariencia física, continuemos con nuestra lógica suposición y demos por seguro de que sus cuerpos tienen un sistema nervioso y, el la cúspide de este, un cerebro que les ha permitido evolucionar en el pensamiento hasta llegar a construir la tecnología que poseen. Esto lo creo incuestionable, sino, dejo de escribir y me voy a ver la película: “Alien, el 8vo pasajero” por enésima vez o una porno en donde exhiben muchos agujeros negros. Entonces, no nos equivocaremos al afirmar que los ETs poseen órganos que les permite absorber la energía que luego utilizan, como nosotros con los alimentos, y además, órganos de percepción del mundo exterior que les permita interactuar con él, efectivamente, tal como nosotros. Y así, poseer un centro de control y procesamiento de toda la información recibida, que además sea capaz de originar ideas y soluciones a los problemas encontrados, es decir: Un Cerebro.
Pero, si viajan por el universo como nosotros por el mundo, entonces concluiremos que su tecnología demostraría el grado de conciencia al que han llegado.
Sería totalmente absurdo afirmar que vienen en plan de conquista, robo o/y de exterminio de nuestra especie y recursos naturales, como lo hicieron los nuestros al colonizar África y ‘descubrir’ América. Asumo que, habiendo superado todos los problemas que implica los viajes cósmicos y alcanzado un gran avance tecnológico, es su desarrollo han tenido que lidiar con problemas similares por los que hemos trascurrido en nuestra historia y de los que aun no solucionamos.
Desde esa perspectiva creo que las visitas de los ETs, de estar produciéndose, es la de observación. Y creo que deben estar horrorizados con lo que ven al punto de no querer contactarse con nosotros, como cuando los exploradores y camarógrafos de National Geographic filman el ataque de una fiera a una pobre gacela sin intervenir en el curso natural del depredador y su presa; con la diferencia que en nuestro caso, en la especie humana, existe un grupo de personas que tienen la avaricia de querer apoderarse de todos los recursos naturales sin importarles la vida de sus semejante. Los mismos que originan guerras para invadir y aniquilar poblaciones enteras. De aquellos que crean armas de destrucción masiva al extremo de poner en riesgo la existencia de su propia especie y habita. De aquellos que en su avaricia industrial destruyen el único ecosistema que le permite la vida. Los mismos que controlan el mundo… Sí señores, sólo nos observan, no tiene otra opción. Pero, queda una última pregunta:
¿SE HAN CONTACTADO YA CON NOSOTROS?
Si resulta verdadero todo lo que hasta aquí suponemos, usando la lógica de nuestro pensamiento, entonces tenemos que afirmar que sí lo han hecho, de manera muy limitada pero lo han hecho. Existen casos de contactos y aducciones, como los avistamientos, que han pasado la prueba de ser alucinaciones, farsas o ser puras mentiras. Pruebas hipnóticas y con sustancias químicas para hurgar la mente de algunos testigos que han demostrado que sus experiencias con los ETs han sido verdaderas. ¿Pero, por qué no un contacto con los lideres de nuestras naciones o con el presidente de la mayor potencia del mundo, los EE.UU.?
Seré sincero. Si yo fuera, siempre en el terreno de la suposición y del escepticismo, un alienígena y viera los horrores de las guerras mundiales, el holocausto judío perpetrado por Hitler, la destrucción de las ciudades japonesas, Hiroshima y Nagasaki, por las bombas atómicas lanzadas por los EE.UU. y las continuas guerras en las que está nación está como protagonista en nombre de Dios, la libertad y la democracia, hasta la actual crisis en el Medio Este… Entonces, me subiría a mi OVNI y no regresaría en mil años luz… Quizás ellos ya lo hicieron hace dos mil años y vieron a Jesús morir en la cruz por hablar de amor, y se fueron… hasta estos días.
Nuestro mundo tiene demasiados problemas, y nuestra raza, la humana, aun no se libera de las lacras en su pensamiento que hacen mísera la vida de nuestros semejantes en esta única casa sideral que tenemos que vivir por lo menos un milenio más. Los extraterrestres existen, pero aun nosotros somos muy primitivos. Lo mejor de nosotros está en el Arte que hemos logrado desarrollar y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos firmado por los pueblos del mundo… Pero aun está allí, estorbando, aquel poder que controla el mundo y nos lleva a la autodestrucción.
Creo que cuando solucionemos nuestros problemas, entonces estaremos listos para estirar nuestro brazo para estrechar la mano de nuestros hermanos extraterrestres, y ellos, a recibir el saludo de buena voluntad.