Autor... MICHAELANGELO BARNEZ
Cuando me enteré de que había sido nominado para el Osca-2010, di un brinco de alegría que casi golpeo el cielo raso de mi Studio. Mi excitación y la bulla que hice fue tanta que mi secretaria entró y se unió a la celebración con un abrazo, así, totalmente alterados y brincando, llegué a tener un buen, pero vergonzoso, orgasmo… y recién me calmé.
“Bueno, es solo una nominación” me dije evaluando lo logrado, para luego soñar en la posibilidad de ganarlo el día de la entrega. Hasta aquí, pensando fríamente, hoy dejaba de ser un escritor del montón, excelentes todos ellos, pero desconocidos e ignorados por el mercantilismo de los libreros; aunque si ganaba, uuuh… entonces equivaldría a alcanzar mi imposible Nobel en Literatura.
He escrito cuentos y novelas y no he ganado ningún premio en mi vida. ¿Por qué? ¿Malo yo? No. No soy malo ni mediocre escribiendo, sino que nunca participo en las convocatorias para los concursos literarios. ¿Por qué? Porque no creo en ellos y, además, no me da la real gana, ja, ja, ja.
Entonces, ¿Cómo fue que conseguí la nominación? Muy simple. Un director de pacotilla, como yo, en términos de fama y fortuna, leyó mi novela y le gustó tanto que quiso llevarla al cine. Y por la suerte de la “casualidad” yo ya había escrito el guion de la misma. Así como él ya tenía el dinero, procedente de una fundación española, para financiarla. Sería una producción de bajo presupuesto. El resto es historia conocida. El director, los actores y yo no cobramos un dólar de todo esto; los únicos que recibieron algo fueron los trabajadores técnicos, ya que ellos no “viven” por amor al arte; y la otra mitad del dinero sirvió para pagar por los equipos, utilería, transporte, y el alquiler de las diversas instalaciones en donde fue rodado. ¿Faltó dinero? Claro que faltó. ¿Quién lo puso? El padre, el hijo y el espíritu santo, arriba mencionados.
La nominación era para la Mejor Película Extranjera 2010, y todos los que participamos en ella, desde el director hasta el perro guardián, nos dimos por aludidos. ¿No me creen? Entonces, ¿explíquenme cómo fue posible que el guardián, hijo de perra, nos recibiera moviendo la cola, en vez de ladrarnos como todos los días, cuando fuimos a celebrar la noticia en uno de los sets de filmación?
Lamentablemente, no podíamos ir todos, así ladrásemos más que nuestra mascota; solo había cuatro invitaciones para asistir a la Ceremonia de Entrega en Hollywood, California.
Felizmente, yo vivo muy cerca, en la ciudad de Long Beach, lo que permitió hacer unos ahorros en pasajes y alojamiento, y así el director llevar a su adorada esposa, quien lamentablemente no pudo entrar a la sala de entrega por no estar en la lista de invitados.
Debo confesar muy avergonzado que después de estar viviendo treinta años en gringolandia no he aprendido ni jota del idioma inglés. Por bruto, no. Lo que pasa es soy tan antisistema que se me ha trabado en el coco el proceso de su aprendizaje. Así que, por si las moscas, le pedí a mi hijo menor que me preparara unas palabras para el momento.
Él me aconsejó que lo más importante era estar “culo”, no sé si lo escribí bien, pero significaba que debo estar sereno, tranquilo, suave. Y que cuando hable, debería sonreír en todo momento y hacerlo en voz muy alta, como cuando el promotor de espectáculos de Box anuncia la pelea estelar de la noche en los canales por cable “eichbio” o “shoutaim”.
Cuando entramos caminando por la alfombra roja, el director de la película, don Juan José Campanella, sería el encargado de hablar con los periodistas en español, y si era en inglés me encargaba yo… ja, ja, ja. Así que según lo que aprendí de mi párvulo, repartí verbalmente decenas de “quissass, quissass…” creyendo decir “tal vez, tal vez…” y los periodistas no me molestaron más, porque en realidad era una grosería.
Así, al borde de mi asiento, esperé hasta casi el final de la ceremonia para oír las palabritas mágicas: “an de güiner is…”
“El Secreto de sus Ojos!!!!” escuché decir y el mundo se nubló para los míos por solo un segundo, porque no había tiempo para más. Así, pude ver varias tetas asustadas celebrando con nosotros cuando caminábamos a recibir la tan famosa estatuilla, mientras que mentalmente me repetía a mí mismo “debo estar culo, debo estar culo…”, e iba buscando en el bolsillo el papelito con el discurso que me había dado mi hijo.
No puedo contar todos los detalles de lo que pasó en el camino desde mi asiento al pódium, porque simplemente no era consciente de lo que ocurría alrededor. Veía luces, rostros, sonrisas, oía aplausos y el tan usado “congratulaishion” y ya la estatuilla dorada estaba en mis manos. Me vi en el pódium con la gente al frente de mí, esperándome a que diga algo. Entonces, me acordé de mi hijo, y de su última corrección a mi inglés mal hablado, “papá no se dice madre, sino mada!”; entonces levanté los brazos y grité con toda mi alma:
“jelouuu damasesss an madafocasss!!!”
Y la magia de las palabras dio resultado. Como un abracadabra, todos los allí presentes, desde la diminuta y hermosísima Magali Solier hasta el gran Jeff Bridges, se pararon a ovacionarnos. Sí, nos habían reconocido como a uno de los suyos.
¿Y mi hijo? Él se revolcaba de la risa con sus amigos en la “livinrrum” de mi casa viendo la ceremonia por la TV.
Cuando llegué muy de madrugada a casa, encontré a mi hijo y su pandilla de escolares de la secundaria durmiendo en la alfombra. Entré despacio y con cuidado para no pisar a nadie. Entonces vi una nota sobre el “cofitaibol” que me llamó la atención. La tomé, fui a la “refri”, saqué una cerveza y salí al patio de atrás para entrar a la “yacusi”. Allí leí la nota. Era una lista de palabras en inglés, su pronunciación y el significado, que yo no vi al irme a la ceremonia. Al leerla casi me ahogo de la risa en la maldita “yacusi”. La nota decía:
“Papá cuida tu pronunciación, no se dice “culo” sino “cuul”, se escribe “cool” y quiere decir “tranquilo, sereno, frio”. Por favor, no vayas a decir lo que te enseñé porque todo es una broma con palabras muy feas, ¿no me crees? Te explico: si dices “quissass” se escribe “kiss ass” y significa “besa el c…” es muy feo para escribirlo, dad. Si dices “damassess”, se escribe “damn ass” y significa “burro estúpido” ¿esta no es tan malo, no? Pero por nada en el mundo digas: “madafakers” porque es tan malo que ni sé cómo se escribe, pero su significado es como para salir corriendo antes que te maten porque estás insultando a sus madres… aunque los jóvenes, roqueros y raperos lo usan todo el tiempo para saludarse entre ellos, yo no, papi. Papá, mejor habla en español, lo haces muy bien y toda la raza te lo agradecerá.”
Dejé la nota a un lado con una sonrisa en el alma. Y medité: “Felizmente, salió “okei” y les caí bien a todos… Ahora, tengo un Oscar… pero este cabrón de mi hijo va a ser mejor que yo”
PS: La película “EL SECRETO DE SUS OJOS” del director y guionista: Juan José Campanella; con los actores principales: Ricardo Darin, Soledad Villamil y Guillermo Francella, además de todo un extraordinario elenco de actores secundarios, personal técnico y de utilería, lograron hacer realidad una gran película. El Oscar 2010 ganado cayó en muy buenas manos.
Felicitaciones hermanos argentinos, su premio nos enorgullece a todos. “El secreto de sus ojos” está basada en la primera novela del escritor argentino Eduardo Sacheri “La pregunta de sus ojos”. Mis mejores reconocimientos al autor.