Me casé con una hermosa mujer
morena y nuestro matrimonio perduró por unos largos 30 años, claro está
que con los consabidos altos y bajos de toda relación. Pero últimamente,
en los momentos de crisis, hemos llegado no solamente al límite de la
tolerancia, sino que esta se había transformado en una asfixiante
intolerancia, mutua y con la misma intensidad en ambos. Aunque, ya
calmados, siempre llegábamos a la reconciliación… pasajera.
Hoy tuvimos una nueva discusión,
en donde la expresión “nueva” es solo un decir, porque, en la larga fila
del recuento de estas, creo que ese término ya no cabía más.
¿Cuál fue el motivo de la
discusión? Vaya, solo fue hace unas horas y ni lo recuerdo, solo queda
mi desagrado y rabia hacia ella. Pero Uds. pueden imaginarse cualquiera,
la más insulsa, burda y vana que puedan pensar, y esa sería el suficiente
motivo para encender la hoguera de injurias que logran hacer brotar el
odio reprimido que sentimos ambos por cada uno de nosotros.
No hablaré acerca de ella,
directamente, sino de mí, porque a pesar de la rabia que siento no
pierdo la cordura de mi caballerosidad… en las formas.
Bueno, lo primero que quiero
mencionar son algunos defectos, creo que graves, que he tenido por años,
y que a estas alturas de mi vida no han cambiado. Sin embargo, nunca
fui totalmente consciente de ellos hasta que ella me los enrostró,
repetidas veces, como causa de la desgracia de su vida.
Fui y soy dominante… y en un
principio a ella le gustaba. En casa se hacía lo que yo creía y decía,
actuando siempre con la absoluta convicción de que era lo mejor para
todos… y ella, aparentemente feliz, se sometía y hacía las cosas más
simples en casa. Hoy mis hijos no tienen porque soportarme, porque se
han ido por sus propios caminos. No obstante, ella sigue a mi lado,
aunque con el consabido desagrado de no poder soportarme y hacerlo
explicito en cada oportunidad que puede.
Fui y soy muy apasionado en el
amor. Esto, como virtud, fue algo que a ella le encantó y lo disfrutó
por años, a la vez que hizo tolerante todos mis defectos. Hasta que el
tiempo me venció y la fuerza menguó, entonces el embrujo acabó, aunque
no mi pasión por ella. Ahora sé la humillante verdad, de sus propios
labios escupiéndome al rostro, cuando no puedo hacer el amor y me
reprocha diciéndome: “nunca me saciaste!!!”.
Hoy ya no soy el adonis de antes,
y en mi cuerpo mis músculos han sido reemplazados o cubiertos por la
grasa. Al extremo que, en donde había un sexy escultural abdomen,
tallado en músculos, ahora sobresale una prominente panza. Y en mi
rostro, tanto sonreír a la vida como el fiel reflejo de la alegría de mi
espíritu, ahora hay surcos profundizados por el desprecio sentido que
llego a percibir de ella hacia mi persona, provocando, peor aún,
horribles ojeras y rictus como reflejo de mi amargura.
Mis cabellos, si no han
encanecido, se han ido con el viento, el champú y el agua o el
acondicionador y el peine… y ni qué decir de mis dientes, que a decir
verdad hacen honor a un conocido refrán, porque se han ido con mis
parientes… al más allá.
Hoy, temprano en la mañana, al levantarme de la cama, me miré al espejo y comprobé que soy el espanto que ella dice que soy.
Peor aún, ahora dice que huelo,
que soy descuidado y sucio debido a las manchas de comida en el pecho de
mi camisa… y del baño ni qué decir.
Por eso, viviendo en la misma
casa, dormimos en dormitorios separados, con baños separados y todo… lo
que ha evitado las reconciliaciones, ¿?.
Mis hijos ya se han ido de casa
para vivir en las suyas. Ahora, en esta tremenda mansión, sólo quedamos
dos seres que ya no se soportan y dos criadas fantasmas que penan por la
casa cocinando y limpiando.
Esta noche, mientras ella
dormía, entré a su dormitorio y me metí entre las sabanas con mucho
cuidado en no rozar su cuerpo para no despertarla y así, indudablemente,
encolerizarla, aunque yo sospechaba que estaba despierta.
Allí, recostados en la misma
cama, dándonos la espalda y a un aparente kilometro de distancia,
nuestra respiración sonaba profunda y calmada. Y en medio de mis
pensamientos tomé la resolución de irme… para siempre… de esta vida.
Al día siguiente, mi esposa, al
despertar, comprobó que el inerte cuerpo que yacía a su lado era el de
un muerto, y lanzó un alarido de dolor diciendo mi nombre, llamándome
como una loca desenfrenada; lo que me conmovió profundamente, mientras
que yo, como una nube, la observaba desde un rincón del dormitorio. Fue
tanto la expresión de dolor y llanto que ella dejó salir del fondo de su
corazón, que estuve a punto de regresar para consolarla… pero ya no era
posible… y me marché, definitivamente, caminando por un oscuro túnel en
donde se podía apreciar una salida luminosa al final de esta.
De pronto, en mi estado de
adormecimiento, sentí el suave rozamiento de alguien que se enroscaba a
mi cuerpo… y desperté en mi cama cubierto por la rubicunda cabellera de
mi mujer. Había dormido tan profundamente que solo atiné a desprenderme
lo más suavemente de ella para ir al baño. Allí, me miré al espejo,
primero un lado de mi rostro y luego el otro, abrí mi boca y miré mis
dientes, luego me dije a mí mismo: “Aún estoy lozano… pero ya llegará la
vejez” y alcé mis hombros como un ademán despreocupado y sonreí del
sueño que recordaba tenuemente.
De regreso a la cama, me escurrí
suavemente entre las piernas de mi amada y me hundí en su blonda
entraña. Así, ambos tuvimos un esplendoroso despertar, mucho mejor que
el de ayer, aunque, quién sabe, no tanto como el de mañana.
PS: “Universos paralelos es el
nombre de una hipótesis física, en la que entran en juego la existencia
de varios universos o realidades relativamente independientes. El
desarrollo de la física cuántica, y la búsqueda de una teoría unificada
(teoría cuántica de la gravedad), conjuntamente con el desarrollo de la
teoría de cuerdas, han hecho entrever la posibilidad de la existencia de
múltiples dimensiones y universos paralelos conformando un multiverso”…
Wikipedia
2 comentarios:
Muy buen relato amigo Barnez. Hacía tiempo que no leía algo tan bien escrito- En cuanto al contenido, has logrado que una situación común se transforme en MUY interesante.
Un abrazo
Gracias Roberto. Lo cotidiano es la realidad, pero cuando la describimos con el lápiz, en imágenes, el pincel o cincel puede llegar a ser Arte.
Una vez más, Roberto, te agradezco el comentario.
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